Ruta de Santo Tomás de Priandi
No queremos comenzar nuestra descripción sin antes comentar que esta ruta, conocida como la PR AS-67, ha sido decepcionante desde el punto de vista de su deficiente señalización. Si bien, las señales de pequeño recorrido son visibles durante la primera parte del mismo, después desaparecen misteriosamente en el tramo más complicado. Hacemos la salvedad de que, quizás nosotros, no hayamos sabido encontrar esas señales, pero parece ser que no hemos sido los únicos a los que les ha sucedido algo similar. Debido a este inconveniente, una parte de la misma se nos ha hecho casi impracticable, y con ciertas dificultades para encontrar el camino. No obstante, la belleza de sus paisajes, y finalmente el buen término de la caminata, han compensado en gran medida esa contrariedad. Es por ello, que nos hemos decidido finalmente a ponerla en este blog, no sin antes advertir de este contratiempo.
La ruta comienza en el pueblo de Priandi, perteneciente al concejo de Nava.
Priandi |
Observamos su iglesia, y un busto adyacente a la misma como recuerdo a un célebre párroco del pueblo.
Iglesia de Priandi |
Busto párroco |
A los pocos metros de sobrepasar la iglesia, vemos el panel indicativo de la ruta, al lado de la carretera y del río.
Panel ruta |
De esta forma, empezamos a dar nuestros primeros pasos por el puente que atraviesa el río Pra, un afluente del Piloña. Nos dirigimos hacia la carretera que indica Les Tercies, Llaméu y La Real, ignorando una desviación que, a los pocos metros de iniciado el recorrido, vemos a la izquierda señalando hacia Traveséu, Campanal y la capilla de Santo Tomás de Priandi.
Inicio |
En breve, comprobamos la potente helada que había caído durante la noche, ya que los prados aparecen completamente blancos en las partes que todavía no han sido tocadas por los rayos del sol.
Helada |
Como indica la señal, la carretera hace su entrada en Les Tercies.
Les Tercies |
Atentos a todo objeto interesante que nos pueda salir al paso, nos detenemos a observar este bonito carro que, sin duda, vivió tiempos mejores pero que conserva parte de su elegancia.
Carro |
Proseguimos la ruta, dejando a nuestra derecha el cementerio para entrar en La Pontona.
La Pontona |
Una vez pasado este pequeño grupo de casas continuamos hasta La Real, ignorando una señal a la izquierda que indica Llaméu. Además, vemos la señal de pequeño recorrido en este poste.
Señal |
A continuación hacemos entrada en La Real.
La Real |
Una vez atravesado este enclave, tomamos la carretera que sale a nuestra izquierda, la cual indica La Castañal.
Hacia La Castañal |
Avanzamos por la carretera muy tranquilos, al comprobar que seguíamos las señales de pequeño recorrido.
Señal |
A uno y otro lado de la carretera.
Señal |
Y por esta cómoda vía llegamos al pequeño conjunto de casas que forman La Castañal, perteneciente al concejo de Bimenes. Esta zona es limítrofe con ese concejo por lo cual, a veces nuestra ruta transitará por el concejo de Nava y otras por el de Bimenes.
La Castañal |
Nos detenemos durante varios minutos en este singular pueblo, por varias razones. La primera, es que aquí se encuentra ubicada la panadería La Castañal, cuyos productos nos eran previamente conocidos al haberlos consumido en varias ocasiones. Así pues, percibiendo un embriagador aroma que se extendía por todo el pueblo, decidimos entrar en su obrador para hacernos con algunas exquisiteces. Una vez en el interior, encontramos a las propietarias elaborando gran cantidad de rosquillas que al día siguiente pondrían a la venta en el mercado de Gijón. No es de extrañar, por tanto, que adquiramos una buena muestra de ellas, así como de sus ricas y variadas galletas y tortas. He aquí una dulce y sana recomendación de los que formamos este grupo.
En el párrafo anterior aludimos a la singularidad de este pueblo, y esta es la segunda razón por la que nuestro recorrido por el mismo fue muy pausado. Por este motivo, nos detenemos varias veces para observar los peculiares elementos decorativos de algunas de sus casas. Como muestra, algunos ejemplos en las siguientes imágenes.
Casa en La Castañal |
Detalle casa en La Castañal |
Abandonamos La Castañal con la mochila algo más cargada, y continuamos la ruta que, a partir de este punto, pasa a discurrir por senderos y no por carretera como venía siendo hasta ahora, ya que dicha carretera termina en La Castañal.
Observamos otro poste con la señal a nuestra derecha.
Poste |
Continuamos atravesando esta portilla sin dificultad.
Portilla |
Para continuar, y llegar a esta otra en la que el paso fue un poco más dificultoso.
Portilla |
Una vez atravesada y en este concreto lugar, nos asalta un momento de duda de hacia dónde proseguir, tras lo cual decidimos continuar de frente.
Camino |
Un poco más adelante comprobamos que habíamos tomado la decisión correcta al hacerse visible otro poste con la señal. Previamente dejamos a nuestra derecha un camino que conduce a una especie de construcción de madera que no sabríamos definir.
Señal |
Avanzamos por el sendero y aparece otra señal, pero, desafortunadamente, esta sería la última que veríamos y, como consecuencia de ello, a partir de aquí empieza nuestra particular odisea.
El sendero continúa en ascenso hasta un punto en el que tenemos que arreglarnos como podemos para atravesar una zona de monte boscoso, en algunas partes con la tierra helada, a través de senderos apenas definidos. No obstante, de vez en cuando, hacemos alguna parada para observar el impresionante paisaje desde una altura cada vez mayor.
paisaje |
De lo que estamos seguros es de que nuestra orientación es la correcta, con lo que persistimos en nuestro intento de salir de la zona boscosa y no retroceder. Una vez superada, entramos de lleno en una zona de praderías. Sin embargo, nuestra aventura todavía no ha concluido, debido a que estas praderías están rodeadas de alambradas que tenemos que sortear como bien podemos. De esta forma, seguimos durante un buen trecho hasta que, por fin, llegamos a una pradería que, afortunadamente, tiene salida a una pista. Estamos en las camperas de la Artosa.
Pradería y pista |
Así pues, ya del todo tranquilos y orgullosos de nosotros mismos, nos tomamos un descanso y nuestro bocata rodeados de una exuberante belleza paisajística, con la sierra de Peñamayor prácticamente al alcance de la mano.
Sierra de Peñamayor |
Hasta aquí nuestro GPS marca una distancia recorrida de 5,64 kilómetros, habiendo alcanzado una altitud máxima de 648 metros tras una ascensión de 386 metros. Todo ello en aproximadamente 2 horas y 20 minutos.
Es hora de retomar la ruta, ahora sí, por una magnífica pista que nos conduce al pueblo de Traveséu, y desde la cual seguimos contemplando impactantes panorámicas.
Panorámica |
Panorámica |
Un hórreo del siglo XVIII nos recibe a la entrada de Traveséu.
Hórreo |
Atravesamos el pueblo, para continuar nuestra marcha hacia Priandi para terminar la ruta.
Priandi |
Sin embargo, una vez en Priandi, decidimos subir hasta la capilla de Santo Tomás de Priandi, puesto que en nuestra bajada no habíamos visto ninguna desviación hacia ella, lo cual no quiere decir que no existiera. Ascensión que, aunque no demasiado larga, resultó ser bastante pronunciada.
De esta forma, llegamos a una hermosa pradera en la que se encuentra ubicada la capilla. Tal y como consta en el panel informativo, se trata de una iglesia que responde al esquema de pequeño templo románico tardío, con nave rectangular y cubierta a dos aguas.
Esta iglesia rural fue fundada en el siglo X y reformada en los siglos XIII y XVII.
Cara norte de la capilla |
El antiguo cementerio de Priandi se encuentra adosado a esta iglesia, y su entrada la vemos en la cara norte.
Cementerio adosado a la cara norte |
La portada principal que se abre en el lado oeste, fue reformada en el siglo XVII. Posee una espadaña de un solo ojo rematada con un sencillo frontón.
Cara oeste |
En los años cincuenta, se remoza el templo, se enluce, pinta y se añade el contrafuerte (se puede ver en la siguiente imagen) para evitar el desplazamiento de la iglesia.
Cara sur |
En esta cara sur destaca una pequeña ventana geminada de factura simple y arquillos de herradura datada en el siglo X.
Ventana geminada |
Y para concluir nuestra breve visita a esta iglesia, una imagen de su cara sur en la que se puede observar el magnífico roble que la acompaña.
Capilla y roble |
Una vez finalizada la visita al exterior de esta iglesia, y de recrearnos con el encanto de su emplazamiento, regresamos a Priandi. De esta manera, damos por finalizada nuestra ruta de hoy, en la que a pesar de las dificultades, nos quedamos con lo positivo de haber disfrutado de un estupendo y soleado día en un entorno inigualable.
"Fin de la ruta, fin del esfuerzo, con mucha asturianía, que con orgullo ejerzo"
by el Chiruco 👦