Ruta Playa de Moniello-Playa de Bañugues
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| Moniello |
Este pequeño tramo forma parte de la ruta Luanco-Cabo Peñas o viceversa, puesto que la misma se puede empezar en cualquiera de los dos puntos. Nuestro recorrido de hoy comienza en el punto 5 y termina en el 4.
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| Itinerario |
Comenzamos la ruta en el área recreativa de Moniello, conocida como Parque Playa de Moniello. Se trata de una amplia pradera con vistas al mar, con aparcamiento y mesas de madera ideales para pasar el día.
Identificamos la Punta de la Vaca, visible desde el área recreativa y desde aquí comenzamos a caminar en dirección oeste.
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| Punta de la Vaca |
Si miramos hacia el este, en este mismo punto, podremos ver la entrada a la ensenada de Moniello que nos sorprende por sus espectaculares formaciones rocosas. Tendremos la oportunidad de visitar esta ensenada a la vuelta de nuestra ruta ya que no partimos de ella sino del área recreativa.
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| Formaciones rocosas entrada Moniello |
Aunque nos percatamos de que hay un panel informativo al inicio del camino, camino que sería el que tendríamos que seguir (justo al lado del área recreativa), decidimos dar nuestros primeros pasos por los senderos que nos llevan justo por el borde del acantilado, hacia la punta Palleya.
A partir de la Punta Palleya, se irán sucediendo una serie de puntas y entradas hasta llegar a Bañugues: Ensenada la Palleya, La Punta El Castillo de Manzaneda, Les Torcides, Punta La Carrera, Pozo del Aguión y Punta del Aguión. Todas ellas constituyen enclaves espectaculares para hacer una parada y contemplar las maravillosas formaciones rocosas de este punto de la costa.
En esta imagen podemos contemplar una singular peña.
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| Peña |
Seguimos avanzando y nos sorprenden estas peculiares formaciones rocosas que en términos geológicos se conocen con el nombre de Flysch, fenómeno que se produce por la erosión del mar cuando las rocas que conforman estas estructuras tienen distinta dureza.
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| Flysch |
Avanzamos por el sendero que nos conduce a una pequeña entrada del mar, sin duda una de las señaladas anteriormente. A pesar de que ese día el mar estaba muy tranquilo y con bajamar, las olas rompían repetidamente sobre las rocas.
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| Entrante del mar |
En este punto de la ruta podemos observar nuevamente los Flysch que ya pudimos ver anteriormente, esta vez mucho más definidos.
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| Flysch |
Continuamos caminando durante unos metros más por el borde del acantilado y nos detenemos para observar otro otro entrante. Es en este punto donde concluyen los senderos al borde del acantilado.
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| Entrante del mar |
Volvemos entonces sobre nuestros pasos con la intención de tomar el camino principal. Realmente, ha merecido la pena desviarse por estos senderos para no perder la oportunidad de admirar estas maravillas naturales. No hay posibilidad de pérdida puesto que el área recreativa es visible en todo momento.
Así pues, continuamos por el camino principal que se adentra sólo un poco en las praderías, puesto que prácticamente discurre en su totalidad al borde del mar.
En nuestro camino hacia Bañugues, percibimos a lo lejos el Cabo de Peñas
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| Cabo Peñas |
Proseguimos la ruta y enseguida aparecen pequeñas playinas pedregosas como preludio de la Playa de Bañugues, que se encuentra realmente cerca.
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| Pequeña playa pedregosa |
Un poco más adelante, ya podemos observar los afloramientos rocosos que forman el pedrero de este margen de la playa, y que la bajamar ha dejado al descubierto.
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| Zona intermareal |
En este punto, nos detuvimos para descubrir los pequeños invertebrados y algas caraterísticos de esta zona intermareal.
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| Cangrejos |
Y, ya finalmente, contemplamos la Playa de Bañugues, que esta vez nos pareció inmensa debido a la bajamar de ese día. Según consta en el panel informativo situado a pie de camino, el arenal de Bañugues ocupa una profunda ensenada que en marea baja alcanza hasta los 500 metros desde la lámina de agua a las praderías.
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| Playa de Bañugues |
En esta época del año, ya había algún bañista y lo que parecían ser varios buscadores de metales con sus característicos artilugios.
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| Playa de Bañugues |
Este recorrido, de unos apenas 2 kilómetros (sólo ida), es un tramo corto pero que merece la pena hacer con calma, por lo maravilloso de su entorno que no tiene desperdicio.
En la playa de Bañugues, existe otro área recreativa, en la que paramos a reponer fuerzas.
Después de una breve sobremesa, con el cielo amenazando lluvia y con algún trueno de fondo, emprendimos el camino de vuelta por la misma ruta. Nos despedimos de la playa de Bañugues, que ahora bajo el cielo amenazante tenía otro color.
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| Playa de Bañugues |
De vuelta al área recreativa de Moniello, decidimos caminar un poco más, esta vez hacia el este con la intención de llegar a la playa de Moniello, ya que no la habíamos visitado al inicio.
Antes de llegar a ella, descubrimos una pequeña playa rocosa a la que se accede por un empinado y estrecho sendero, eso sí, con el apoyo de unas cuerdas. Bajamos tan sólo hasta medio camino puesto que nos pareció peligroso continuar. Según un poste indicativo próximo, se trata de la Playa Canto Rodao.
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| Playa de Canto Rodao |
Tras caminar tan sólo unos metros ya pudimos contemplar la Ensenada de Moniello. Se trata de una playa de cantos rodados y formaciones rocosas muy interesantes y bellas que pudimos observar a ambos márgenes de la misma.
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| Ensenada de Moniello |
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| Formaciones rocosas extremo izquierdo |
Las formaciones rocosas del extremo derecho de la playa destacan por su color dorado.
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| Formaciones rocosas extremo derecho |
Aquí permanecimos varios minutos, gratamente sorprendidos por la singular belleza de esta playa.
Para dar por terminada nuestra pequeña ruta de hoy, nos encaminamos de vuelta hacia el área recreativa, no sin antes contemplar nuevamente la Punta de la Vaca, en este momento de la tarde en el que el sol volvía a lucir.
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| Punta de La Vaca |
"Fin de la ruta, fin del esfuerzo, con mucha asturianía, que con orgullo ejerzo"
by el Chiruco 👦
