Ruta del Cabo Blanco (desde Viavélez a la playa de Porcía)
Esta ruta costera parte del marinero pueblo de Viavélez, importante enclave ballenero en el pasado, y cuna de personajes ilustres como la escritora Corín Tellado.
Viavélez |
El comienzo de la senda se sitúa en la parte izquierda del puerto, justo al lado de una cueva en la pared rocosa que vemos protegida por una verja. Hay varias señalizaciones al comienzo de la misma, se trata del sendero de gran recorrido GR E-9
Señalización sendero |
Señalización |
El primer tramo del sendero nos conduce, en una pronunciada pero corta subida, al mirador de Viavélez, desde el cual se aprecia en su totalidad este pueblo marinero.
Comienzo de senda |
Tan sólo nos falta un pequeño tramo de escaleras para llegar a la parte alta donde se encuentra el citado mirador. Si volvemos la vista atrás, según vamos subiendo, la panorámica es realmente espectacular, sobre todo en un día soleado como el de hoy.
Subida al mirador de Viavélez |
Bocana del puerto |
Continuamos la ruta por el sendero que parte de este mirador. Observamos esta losa, la primera de las muchas que nos iremos encontrando a lo largo del camino. Nos indican el nombre de la zona en la que están enclavadas, en este caso "El Bufo".
El Bufo |
Avanzamos, y nos desviamos de la senda principal para tomar un pequeño sendero que bordea un amplio prado. De esta forma nos dirigimos a la punta del Gavioteiro.
El Gavioteiro |
Desde este enclave las vistas son impresionantes.
"Nos acercamos a este enclave sin parangón, y ojalá tuviéramos un sillón, para contemplar sin prisa, las olas mecidas por la brisa"
Vistas desde la punta del Gavioteiro |
Vistas desde la punta del Gavioteiro |
Volvemos sobre nuestros pasos para tomar la senda principal que nos conduce hasta una estación depuradora de aguas. En este punto, tomaremos el sendero que comienza, más o menos, enfrente de la misma.
Estación depuradora |
Sendero a seguir |
Este camino nos adentra en una bonita área boscosa, entre cuyos frondosos árboles destacan los castaños. Nos sorprendemos de los numerosos oricios caídos, en nuestra opinión preludio de lo que será un buen año para estos frutos.
Sendero |
Continuamos por el sendero, y vemos una pequeña fuente al lado del riachuelo.
Fuente |
Este agradable y fresquito sendero, muy de agradecer en un día en el que pega el sol, continúa paralelo al río.
Sendero |
Nos detenemos ante unas edificaciones en estado de abandono, una parece que se trate de los restos de un cabazo o secadero y la otra una casa. No obstante, nos asombra el buen estado de las piedras empleadas en su construcción.
Edificaciones |
Continuamos caminando y esta vez nos sorprende un enorme castaño repleto de sus ricos frutos.
"Oh hermoso castaño, árbol de gran tamaño, me acerco a ti sorprendido, en este mi recorrido"
Castaño |
Seguimos por la senda, ya desprovista de árboles, por una amplia pista en este tramo. Nuestro siguiente objetivo que es la playa de Monellos.
Senda |
Al poco tiempo, encontramos un camino a nuestra derecha que indica la bajada a la playa de Monellos, hacia la cual nos dirigimos.
Bajada Monellos |
Se trata de un cómodo sendero con algunos tramos de escalera que desciende hacia la citada playa.
"Apenas sin resuello llegamos a Monellos, para grabar en nuestra retina, esta bonita playina"
Playa de Monellos |
Se trata de una pequeña playa de cantos rodados en la que el mar forma un recogido y amplio entrante. Observamos cómo la marea sube rápidamente.
Playa de Monellos |
Abandonamos esta bonita playa remontando el sendero que nos condujo a ella, y una vez en el camino, vemos otra losa con el nombre de "Treitoiro".
Treitoiro |
Proseguimos la ruta, y a no mucha distancia, vemos otro sendero a nuestra derecha que nos conduce a la playa de Penedo Mouro. Hacia allí nos dirigimos y al llegar a ella, nos recibe una pequeña casa que en realidad fue un molino.
Molino |
La playa es un alargado entrante del mar cuyas rocas forman un enclave espectacular. En este caso, la pleamar no nos permitió apreciar el fondo rocoso en su totalidad, que en una ocasión anterior y con bajamar, tuvimos la suerte de contemplar, y que es realmente impresionante.
Playa Penedo Mouro |
Seguidamente, retomamos el sendero que sube pegado al acantilado. Observamos desde el mismo la playa que acabamos de visitar.
Playa de Penedo Mouro desde el sendero |
Continuamos caminando al borde del acantilado. Lo siguiente que observamos es la playa de Torbas, aunque no muy visible debido a la pleamar.
Y a continuación la Punta Afontia.
Proseguimos la ruta y nos salen al paso otras dos losas, "El Focicón" y "Os Guincheiros".
El Focicon |
Os Guincheiros |
Pocos metros más adelante se encuentra ubicado un mirador. Desde este punto ya es posible divisar el Cabo Blanco.
Mirador |
Continuamos nuestro camino deteniéndonos a observar esta formación rocosa en arco.
Acantilados |
Avanzamos hasta llegar al Cabo Blanco. Estas primeras rocas que nos sorprenden por su blancura, suponemos que sean la razón por la cual este Cabo se denomina así.
Aunque apenas sopló el viento durante el resto del trayecto, en este punto se hizo notar sobradamente. Exploramos este lugar detenidamente ya que era la primera vez que lo visitábamos, y hay que decir que realmente nos impresionó.
Rocas del Cabo Blanco |
Las aguas batían turquesas, fiel reflejo del azul del cielo.
Aguas turquesas |
Debido a que estábamos situados sobre el cabo, no pudimos apreciarlo en su totalidad. No obstante, tendríamos la ocasión de hacerlo posteriormente al avanzar en la ruta.
Volvemos sobre nuestros pasos, para, seguidamente, llegar al foso de uno de los castros más importantes de la zona occidental. Recorremos su interior observando las altas paredes hasta llegar al final, desde donde, nuevamente, se aprecia una bonita vista de la costa .
Foso |
Proseguimos nuestra ruta y vemos otra losa, esta vez con el nombre de "Campo Redondo".
Campo Redondo |
Continuamos avanzando sobre los acantilados de Amortiza, mientras visualizamos pintorescos entrantes del mar en forma de canal y arcos de roca.
Canal |
Formación rocosa |
Llegamos a un punto de nuestro camino, en el que, si volvemos la vista atrás, podremos contemplar la cara oeste del Cabo Blanco en toda su magnitud y esplendor.
Cabo Blanco |
Avanzamos en dirección a la punta de la Atalaya. Nos salen al paso otras dos losas con sus respectivos nombres, "Poxos" y "Rego de Llose".
Poxos |
Rego de Llose |
Observamos a lo lejos la punta de La Atalaya y su mirador, al que en breve llegaremos.
Punta de La Atalaya |
Una vez en este mirador, contemplamos detenidamente todo el recorrido que hemos hecho tras partir de Viavélez, ya que desde aquí se observa una amplia panorámica.
Mirador Punta de la Atalaya |
A nuestras espaldas observamos el pueblo de Valdepares.
Este mirador constituye el final de la ruta que comienza y finaliza en Viavélez, con lo que tendríamos que emprender el regreso hacia el mismo. Sin embargo, no lo haremos por el mismo recorrido sino que, desde este mirador, tomaremos el camino que, partiendo hacia el interior, nos dirige a Valdepares. Nuestra intención era la de acortar el recorrido de vuelta, y de paso contemplar el Palacio de Fonfría que se encuentra en esta localidad.
Camino hacia Valdepares |
En la imagen anterior, ya se visualiza el palacio de Fonfría, el cual veremos en toda su magnitud según nos vayamos aproximando, ya que el camino discurre a su lado. De este palacio, que fue construido en la Edad Media, nos impresiona su gran porte, destacando sus muros de mampostería y la torre almenada.
Palacio de Fonfría |
A pocos metros de este imponente palacio, está situada la Iglesia de San Bartolomé de Valdepares del siglo XVI.
Iglesia de Valdepares |
Pueblo San Pelayo |
Atravesamos este pueblo hasta llegar a su ermita que dejaremos atrás para, desde allí, tomar el camino que gira a la izquierda.
Ermita de San Pelayo |
Este camino nos lleva directamente hasta Viavélez. Hemos hecho por tanto, la ida por la costa y la vuelta por el interior, lo cual acabó siendo un acierto ya que pudimos disfrutar tanto del paisaje costero como de lugares de gran interés en el interior.
Para completar el día, decidimos acercarnos a la playa de Porcía, con lo que desde Viavélez cogemos el coche para dirigirnos hasta ese lugar. La distancia entre el mirador de la Atalaya y esta playa es poca con lo que podríamos haberla hecho caminando, pero como indiqué anteriormente, decidimos hacer un tramo por el interior para tener la oportunidad de visitar otros lugares interesantes.
Una vez en la playa de Porcía, que es la última del concejo de El Franco, observamos que se encuentra protegida por varios islotes de inigualable belleza. En el extremo este desemboca el río Porcía.
Tratando de identificar los islotes que teníamos ante nuestros ojos, ayudados por los paneles descriptivos colocados en este mirador, el sol se iba poco a poco ocultando con lo que tuvimos la ocasión de observar una extraordinaria puesta de sol.
Observamos las las Islas Os Bois y los islotes As Pontes
As Pontes |
En esta panorámica se puede ver Os Bois en primer término y As Pontes al fondo
Y por último, y para concluir este maravilloso día rutero, una apacible y preciosa puesta de sol en la siguiente imagen.
Puesta de sol |
Esta ruta, con un recorrido aproximado de unos 12 kilómetros, se hace cómodamente, y en ella es difícil perderse al estar en su mayor parte señalizada.
"Fin de la ruta, fin del esfuerzo, con mucha asturianía, que con orgullo ejerzo"
by el Chiruco 👦